sábado, 20 de abril de 2013

Cómo cada día deja su huella en tí...


Nos vemos venir, yo hacia allá, y ellos hacia acá. De un vistazo, tratan de hacerse una idea de quién soy, de cómo soy, e inconscientemente, o quizás conscientemente, tratan de compararme con ellos. Tratan de valorar, si yo puedo, ¿ellos pueden?

No les culpo, yo también lo he hecho muchas veces, y seguro que aún hoy lo sigo haciendo…

Pero el proceso es difícil, valoran aspectos como la apariencia, y extrapolar capacidades no es sencillo, acaso imposible… Así que ayudan a su proceso mental con preguntas, fáciles, sencillas, que poco a poco…
-“¿Qué tal?
-“¿Se puede?”
-“¿Cómo está?”
- “¿Y tú?”

Creo que la sonrisa me delata…
-Muy bien.
-Se puede.
-Está difícil pero…
-¡¡YO HE LLEGADO A LA CUMBRE DEL BEN NEVIS!! Y sobre todo, he bajado sin más complicaciones.

La verdad es que si hago el mismo proceso mental que ellos están haciendo ahora mismo, les respondería de otra manera, pero tampoco es plan.

Pero bueno, empecemos por el principio, las 7am… Sueño, sol, viento y frío, mucho frío. Por aquí, el invierno se aferra como puede y así, esta noche todavía ha helado.
Yo empiezo a andar en casa, no hay coche “de aproximación”, y más de 1h30’ me separan del comienzo del camino. Está bien para calentar, pero con 20’ tendría suficiente…
Como ya he estado por allí antes, no me preocupo en mirar los carteles (ya me los he leído), ni en mirar el mapa (ya me lo he aprendido), ni en saludar (a estas horas, todavía no ha llegado nadie por aquí, y eso que ya son las 9, calculo).

Tenía ganas de ver el camino, había leído mucho de él, había hablado algo de él, y estaba intrigado en él…



La verdad… mucho mejor mirar un poco más allá.



Avanzo a mi aire, tranquilo y sin prisa, me paro a hacer fotos, a respirar el aire fresco de la mañana, a admirar el espectáculo que me rodea…



Y así, poco a poco, voy ganando altura, voy avanzando, y casi sin darme cuenta, llego a un puente, nada especial, lo único es que, como del camino, había leído de él… Nada especial, lo único es que, indica la mitad del camino. Nada especial, lo único es que no está mal saber que ya queda menos.
Un poco más adelante, me encuentro con una pareja, están cansados, pero ilusionados. Charlamos un rato, y sigo adelante.
Un poco más adelante, me encuentro con una pareja, están cansados, pero ilusionados, charlamos menos que antes y sigo, que como me pare con todos, no llego…

Mitad de camino y 20’ más, y aparece uno de los objetivos del día. Una curiosidad geológica de esas que yo no suelo dejar pasar…




Y a fé que era una curiosidad… Un lago en medio de un collado… Un lago que está muy arriba, teniendo en cuenta las tierras en las que me muevo… Un lago que desagua ¡¡a dos vertientes!! Me lo explique oiga…
No me entretengo mucho, porque sé que volveré por aquí, al menos hasta aquí… justo junto al lago se unen los dos caminos que suben, luego decidiré si bajo por el otro o desando mis pasos…

Por ahora lo que hago es apartarme, viene una locomotora humana con menos grasa que la pata de un pelícano, a un ritmo que quizás podría seguir… ¡¡pero no tengo ninguna necesidad!! Jejeje

Y como soy humano, yo también los veo venir… también los “valoro”… también me comparo… y también pregunto. Estos deben de ser los más madrugadores del Ben Nevis, porque ya están de vuelta. Me dan ánimos y buenas noticias.

Ayer, tuve que decidir… alquilar crampones y piolet, o alquilar un coche. ¡No había tiempo para más!
Unos me ofrecen un día mejor… el otro, tres días geniales. Sin unos quizás pueda culminar y seguro que puedo disfrutar… sin el otro, difícilmente.

Así que subo un poco a la aventura, preocupado, todavía queda nieve, pero no sé cuanta, ni cómo está, ni si me permitirá llegar o no. Lo que me nos me preocupa es llegar o no… Así que llevo toda la mañana preocupado, preguntándome si podré o no, asegurándome de que cada paso que doy, podrá ser repetido en sentido contrario… Todo un año preguntando a unos y a otros sobre seguridad, para ahora hacer todo lo que no se debe… ¡¡capullo!!

Me lanzo, pero valoro muy mucho cada uno de los pasos que doy, repaso mentalmente todos los peligros que esta cumbre tiene, y trato de correr los menos riesgos posibles.
Lo que más me preocupa, de largo, es la niebla, y la jodida está que si, que no… que voy y que vengo.. que entra y que sale. Jugando con mis nervios.
Visto ahora mismo, me estoy recordando a las partidas de Donkey Kong jejeje, avanzando de a pocos, asegurando las posiciones, y esperando a que caiga el barril, para saber que ya puedo ir un poco más alla.






Siendo sincero, la cumbre no era el objetivo principal (uno siempre quiere más…), el mayor interés estaba un poco más allá… sólo unos metros. Si sobre el Ben Nevis había leído, sobre el Observatorio Meteorológico que allí funcionó durante muchos años, había leído, había soñado, había deseado…


Pero seamos realistas, hay mucha nieve y probablemente las ruinas estén enterradas hasta el verano. La niebla me tiene bastante preocupado, y el inglés con el que me he aliado en la última cuesta, tiene un gps que nos puede ayudar mucho.
Me hace unas fotos, le hago unas fotos, esperamos a que la última nube aclare, y en cuanto que soy capaz de ver el cortado, salgo escopetado hacia el punto clave del descenso… el inglesito está haciendo “dios sabe qué”, pero como soy un tío majo, y sobre todo, como yo ya estoy seguro, le espero. Me lo agradece, porque justo otra vez se está echando la niebla encima…

A la bajada, veo “la marabunta” subir… había leído que era un pico “codiciado”, pero hoy era viernes, y sin vacaciones ni nada… ¡no me quiero ni imaginar un sábado de agosto!.
Entre la marabunta, reconozco a las parejas con la que hablé durante la subida, volvemos a hablar, ellos me miran, me valoran y se comparan… Yo les miro, les valoro y saco mis conclusiones…

La verdad es que este día que empezó hace ya unas cuantas horas, se merece un descanso, llevo casi 6h sin parar, y el bucólico lago en medio de la montaña me atrae mucho… fotos, descanso, comida… ¿¿Quién puede resistirse?? La recompensa es muy grande.





Estoy de despedida, acabando de desandar mis pasos, volviendo por el sendero que hace unas horas recorrí, y voy ordenando mis emociones…

La verdad sea dicha, creo que la cumbre del Ben Nevis es tirando a fea… y sobre todo, no tiene nada que ver con lo que uno se espera después de haber visto su cara norte y su cara sur… Son dos cortados impresionantes que prácticamente se juntan a escasos metros del vértice del… no, no es un pico, es una meseta, arriba es totalmente llano, algo no esperado.
Claro ejemplo de que “el árbol no te deja ver el bosque”.

La verdad sea dicha, la cumbre del Ben Nevis es muy peligrosa. Los peligros son muchos, pero igual escribo un artículo sobre ello, y no os aburro a vosotros.

 Bonito ¿verdad? 1000m más abajo te espera el Equipo de Rescate...
"Me pareció haber visto un lindo cortadito... ¡menos mal que Piolín tiene alas!

La verdad sea dicha, alcanzar el punto más alto de todo el Reino Unido no es difícil, es simplemente largo… Porque 1300m de desnivel, empiezan a pesar en las piernas. Y los 7kms previos que me he tenido que apretar ¡ni os cuento!

La verdad sea dicha, a la vuelta, he perreado un poco, y me han acercado 3kms en coche… Pero no se lo digáis a nadie…

La verdad sea dicha… gracias a la planificación previa (a pesar de las carencias jeje), he podido subir. Ayer el Ben Nevis estaba así… Y hoy ya está así… una única oportunidad, bien aprovechada, mis felicitaciones a los meteorólogos. 

Dos fotos diametralmente opuestas, en todo.

 Cara sur, el pico ahí, donde la nieve... ¡Que día tan bueno!
Cara norte, a la derecha del todo, la más oscura; hoy no era el día.


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